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El retén: una actividad para mejorar la fuerza

El retén: una actividad para mejorar la fuerza

El mes de enero, como parte del invierno que se empieza ya a acercar al período en que empiezan las carreras de ciclismo base –según el sitio y su clima-, es un buen mes para practicar los ejercicios de fuerza. Así que hoy proponemos una actividad precisamente para eso: que los pequeños se diviertan mientras realizan ejercicios que son buenos en su preparación física. El juego es la mejor herramienta de aprendizaje para ellos, y la mejor arma para quienes tienen que hacerles adquirir conceptos.

La actividad se llama ‘el retén’ y hay varios autores de teoría de la educación física que avalan sus resultados. No deja de ser más que un sencillo y divertido juego para el que sólo hacen falta dos personas y una bici. Sí, sólo una bici. El juego consiste en algo tan simple como que uno de los dos niños se sube en la bicicleta y empieza a pedalear tratando de avanzar con ella. Mientras tanto, el otro se agarra con las dos manos a la tija del sillín y hace fuerza en sentido contrario para intentar que el compañero no avance o, en todo caso, no lo arrastre con él.

Hay que tener en cuenta

Si tenemos un grupo algo más numeroso, que debemos colocar a los niños en parejas más o menos equilibradas de fuerzas para que no se aburran. El juego se puede hacer de varias maneras, pero lo más recomendable es hacerlo en intervalos. Por ejemplo, uno de los dos se sube a la bici y trata de avanzar con ganas, venciendo la resistencia del compañero, durante un intervalo de tiempo -10, 15, 30 segundos o un minuto o el que decida el director-. Después, vuelven a posición inicial y repiten el ejercicio unas cinco veces. Luego, cambio de pareja y que lo hagan varias veces cada uno.

De esta manera, sin que ellos lo sepan, estaremos simulando las series de fuerza que después sus entrenadores y preparadores físicos les van a poner para su entrenamiento de pretemporada o incluso durante el período precompetitivo. La principal clave es que trabajen mientras se lo pasan bien, y de ese modo tendrán ganas de seguir trabajando una cualidad del entrenamiento que de otra forma resulta bastante más tediosa. Y ya habrá tiempo de hacer sprints por obligación.

Este juego, siempre que tengamos a dos personas con fuerzas más o menos equilibradas, es realizable a cualquier edad aunque hay que controlar muy bien el tiempo que se deja a los más pequeños para evitarles posibles problemas futuros. En cualquier caso es una actividad sencilla, divertida y que suele tener muy buena acogida entre los niños.